
Los niños en el estudio que habĂan sido intimidados por
sus compañeros, pero no sufrió malos tratos de miembros de la familia, eran más
propensos a tener depresión y la ansiedad en la edad adulta que los niños que
experimentado abuso infantil, pero que no fueron intimidados, segĂşn
investigadores de los Estados Unidos y el Reino Unido.
Uno de cada 3 niños en todo el mundo ha sido intimidado, informó
Dieter Wolke, profesor de psicologĂa en la Universidad de Warwick en Coventry,
Inglaterra, y sus colegas señalan estar de acuerdo en un informe, publicado el
28 de abril en la revista Lancet sobre PsicologĂa. Los estudios han demostrado
que las vĂctimas de acoso escolar tienen mayores respuestas al estrĂ©s y los
altos niveles de inflamación, asà como una peor salud y menos éxito en el lugar
de trabajo como adultos, segĂşn los investigadores.
En el nuevo estudio, Wolke y sus colegas analizaron los
datos de 4.026 niños del Avon Longitudinal Study of Parents and Children
(ALSPAC)en el Reino Unido y 1.420 niños que participan en el Great Smoky
Mountains Study en los Estados Unidos. Los efectos nocivos de cualquier tipo de
maltrato infantil - incluido el abuso sexual, el maltrato fĂsico y negligencia
- en la salud mental y la salud fĂsica están bien documentados. AsĂ que los
investigadores querĂan saber si las vĂctimas de acoso escolar estaban en riesgo
de problemas de salud mental, ya que pueden tener también el maltrato experimentado,
o si siendo intimidado en sĂ fue vinculado con un mayor riesgo de problemas de
salud mental.
En el estudio del Reino Unido, los investigadores
analizaron si los niños fueron maltratados entre las edades de 8 semanas y 8,6
años, con base en los informes de los padres. Luego, los propios niños
informaron si fueron intimidados en edades de 8, 10 y 13. En el estudio de Estados
Unidos los niños y sus padres participaron en las entrevistas anuales cuando
los niños tenĂan 9 a 16 años de edad. Los investigadores siguieron cuando los
participantes del estudio eran de 18 a 25 años de edad, y los evaluaron para la
depresiĂłn, la ansiedad y las autolesiones y pensamientos suicidas.
En el estudio de Estados Unidos, los niños que habĂan
sido maltratados, pero no intimidados eran cuatro veces más propensos a tener
depresiĂłn en la edad adulta joven que sus compañeros que no habĂan sido
abusados o intimidados. Sin embargo, los niños que habĂan sido intimidados,
pero no maltratados, eran casi cuatro veces más propensos a tener problemas de
salud mental que los niños que fueron maltratados (pero no intimidados).
Del mismo modo, en el estudio del Reino Unido, los niños
que experimentaron solamente intimidación eran 1,6 veces más propensos que los
que experimentĂł solamente maltrato a tener problemas de salud mental, la
ansiedad, la depresión o haber intentado hacer daño a sà mismos.
La intimidación puede dejar más cicatrices que el
maltrato infantil, porque mientras que la sociedad reconoce el maltrato
infantil como un problema grave, y apoya a sus vĂctimas, la gente simplemente
no ve el bullying de la misma manera, dijo Wolke. "TodavĂa hay gente por
ahĂ que piensan que el acoso escolar es un reto normal que sirve para endurecer
y superarse.", dijo.
Pero la intimidaciĂłn deja a las personas con baja
autoestima y un sentido duradero de la desconfianza de la gente, le dijo a Live
Science. "Ser socialmente excluidos y de ser un paria social es el peor
estrés que podemos experimentar, más que otros dolores."
Aunque las personas son cada vez más conscientes de cómo
puede ser el acoso perjudiciales, los esfuerzos de los Estados Unidos para
abordar el problema son irregulares, dijo William Copeland, profesor asociado
de psiquiatrĂa en la Universidad Duke Medical Center en Durham, Carolina del
Norte, quien ayudĂł a realizar el estudio. "Creo que a menudo el caso de
que los niños que son intimidados no siempre son tomados en cuenta eso, y
dijeron que tenĂan lidiar con el bullying ellos mismos", dijo Copeland.
Y de hecho, esta falta de apoyo y validaciĂłn podrĂa agravar
aún más las consecuencias perjudiciales de la intimidación, dijo.
"Si alguien es maltratado, tendemos a validarlos,
para decirles que no es culpa de ellos", dijo. "Con el bullying, a
veces es el caso de que la respuesta es mucho menos apoyo, más de un
encogimiento de hombros."
Sin embargo, la mayorĂa de las personas que son vĂctimas
de abuso infantil o de la intimidación por los compañeros, están decididas a
ser adultos sanos, y Copeland y sus colegas quieren saber por qué.
"Tenemos muchas ganas de entender mejor cĂłmo predecir la capacidad de
recuperaciĂłn frente a estos desafĂos", dijo.
Sin embargo, dijo, "Lo mejor que podemos hacer es
tratar de evitar que estas cosas sucedan en el primer lugar."
Tomado de la web de Live Science.
Traducido por: Campamento Mi Guarimba.
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