Este día lleno de sentimientos y
emociones, comenzó con la llegada al Centro Inicial María Auxiliadora I, donde
alrededor de 150 niños, junto a sus padres, esperaban mientras coreaban
“¡Santa, Santa, Santa!”, la llegada de sus regalos. La emoción los invadió al
verlo llegar con su traje rojo y barba blanca, mientras sus ayudantes cantaban
canciones navideñas. Rápidamente comenzaron a amontonarse para sentarse junto a
Santa y pedir su deseo.
Luego de recibir niño por niño y
obsequiarles una bolsa llena de chucherías, regresamos a las calles de El
Hatillo donde los transeúntes, trabajadores y habitantes de la zona recibieron
un pequeño obsequio, acompañado de una sonrisa y un: ¡Feliz Navidad!
Caminando en los alrededores de la Plaza
Bolívar, nos topamos con otros pequeños quienes compartieron un rato entre
risas y recibiendo alegrías. Mientras saludábamos y dábamos buenos deseos, los
habitantes de la zona nos abrían sus puertas, incluyendo un maternal en el que
los más chiquiticos no tenían ni la menor idea de la sorpresa que recibirían, y
sinceramente, nosotros tampoco sabíamos… Bastó ver sus caras de asombro para
hacernos sentir completamente llenos de felicidad.
“Es
mejor dar… que recibir”
Bajo este lema, comenzó esta iniciativa
hace tres años. Con el tiempo nos hemos dado cuenta que al dar sin esperar nada
a cambio, en realidad recibes las mejores satisfacciones, y esa alegría inmensa
que sólo aquellos que lo han experimentado, saben de qué se trata.
Terminamos el día con una felicidad que
no cabía en nuestro pecho; con ese sentimiento de saber que hiciste algo bien y
que posiblemente le cambió la vida a más a de una persona; esa satisfacción de
entender que podemos hacer del mundo un lugar mucho mejor con tan sólo regalar
sonrisas a su gente.
Esperamos vernos el próximo año,
¡Feliz Navidad!
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