No resulta extraño
observar la dificultad que tienen tanto la oposición como el gobierno
para ponerse de acuerdo. Sin embargo, más allá de esta situación que se plantea
y presenta a gran escala, ¿Es posible el diálogo para el ciudadano común?
En algunos hogares
resulta difícil establecer el diálogo entre sus miembros, bien sea entre
pareja, o entre padres e hijos, quienes si están ya en la adolescencia pueden
sentirse más “cómodos” conversando con sus amigos. Diariamente podemos observar
en las noticias titulares sobre el fracaso del diálogo, así como escucharlo y
evidenciarlo también al salir a la calle, lo cual resulta un denominador común
del que muy pocos parecieran estar exentos.
Pero, ¿Cómo fomentamos el diálogo sin perder la esperanza? Antes
de responder este interrogante debemos conocer qué es la comunicación.
La comunicación, en
sí, es el intercambio de información entre dos o más personas. Una buena
comunicación se define por la capacidad para comprender y entender lo que
transmite el emisor, siendo “el cómo” lo más difícil en un primer momento,
puesto que depende de que seamos capaces de “conectarnos” con la persona que
dice el mensaje y pensar que se tienen cosas en común, lo cual es
una característica clave tanto si la comparamos con el diálogo entre los
actores que mencionamos en el primer párrafo (gobierno y oposición) como si
logramos describirlo entre los miembros de una familia (adolescente vs padres
por ejemplo).
¿Qué hago para
lograr una adecuada comunicación?
·
Aprende a observarte a ti mismo ¿Qué
mensajes transmites? ¿Cuál es tu lenguaje no verbal? ¿Crees que si quieres
transmitir un mensaje de unión y paz pero tienes los brazos cruzados y además
muestras tensión el mensaje de paz llegará igual? ¿Crees que si verbalmente
dices querer dialogar, pero piensas que tienes la única razón y que el otro
debe obedecerte, contribuirás a lograr el objetivo?
·
Estudia y practica el arte de encontrar algo en común con
la persona con la que vas a dialogar. Todos tenemos algo en común. A pesar de
los muchos años que puedan estar entre tú y tu hijo, hay algo en común ¡Solo
hay que pensar, identificarlo y por supuesto querer buscarlo!
·
Intenta transmitir el mensaje desde la razón.
No debes dejarte llevar por aspectos automáticos, ya que la comunicación no es igual
a conducir. Las emociones son importantes, no deben ser olvidadas, pero
definitivamente no deben ser las que tomen el mando en un momento como este.
·
Escuchar es igual de importante que hablar. Baja la guardia,
escucha, intenta entender el mensaje que quieren transmitirte sin prejuicios,
sin pasado, sin futuro, solo el presente.
Para resolver una
situación o conflicto y propiciar el diálogo, se debe comprender y luego
aprender a vivir con el conflicto desde el diálogo. Los cambios, las crisis son
una constante, debemos aprender a manejarlos desde una perspectiva que beneficie a todos.
Ahora, se debe
tener en cuenta que si se desea propiciar una buena comunicación, es importante
evitar:
·
La intolerancia
·
La expresión negativa de las emociones
·
El uso de la agresión e intimidación como
medio de “control”
·
Recordar constantemente el pasado
Nelson Mandela logró ser el
primer presidente negro de Sudáfrica, momento en el cual inició una política de
reconciliación nacional, a pesar de los escenarios complejos vividos por su
país y por su persona. Esto es de la vida real, lo que tu vives es de la vida
real y lo que vive nuestro país también lo es y si una persona tuvo la idea de
impulsar el diálogo y reconciliar, tu y nuestro país también podemos
tenerla (en el hogar, en la escuela, el trabajo, en las altas esferas)
solo –definitivamente– hay que querer que suceda y
trabajar para ello.
Tomado de psicochamos
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