El fenómeno
del bullying
proviene de la necesidad y/o
deseo de dominio social (Pratto &
Sidanius, 1999). Niños buscan su lugar en la escala social sin embargo ninguno
de ellos quiere estar en el peldaño más bajo.
El juego de estatus
social se hace más intenso a medida que crecen las necesidades sociales y comienzan a separarse emocionalmente de sus
padres y familiares. Es una evolución natural
en la vida, que comienza a
temprana edad, se intensifica en la educación secundaria y continua hasta edad
adulta. Esta concepción consiste en un orden
natural basado en las habilidades y comportamiento social donde siempre coloca
a algunos niños en la cima de la escala (15%)
la mayoría se encuentra en el medio (70%)
y otros son colocados en el punto
inferior (15%)
Cuando el grupo de la cima deben enfrentarse con un
conflicto (es decir cuando son molestados, irrespetados o excluidos por sus amigos) suelen conseguir
una manera cómo manejarlo, no desmayan ante estas dificultades, leen las
señales de los demás y normalmente logran conseguir una manera de difundir y
superar dicha situación enviando un mensaje claro de rechazo a los bullies, normalmente cuando los
agresores se sienten amenazados, él o ella termina retirándose.
No obstante para el grupo que pertenece al punto
inferior los problemas del bullying no son tan fáciles de manejar. Cuando se trata de
habilidades sociales (hacer amigos, relacionarse con los demás o resolución de
conflictos) estos niños suelen sentirse desconcertados debido a que no han
desarrollado las mismas habilidades sociales que el grupo de la cima, de igual
manera no saben cómo lograr que los bullies
dejen de molestarlos, de hecho inconscientemente podrían estar haciendo cosas
que incentiven a los bullies a seguir
metiéndose con ellos, sus reacciones emocionales se convierten en algo
atractivo que llama la atención del bully
en su búsqueda de dominio social y aceptación de sus compañeros
Los niños del grupo
medio se convierten en testigos involuntarios, constantemente ven el mal
comportamiento, sin embargo por algunas
razones bien sea el miedo, la intimidación o inseguridad sobre su propio
estatus social normalmente no dicen nada.
El bullying se lleva a cabo siempre y cuando no exista la
presencia de un adulto. Los niños se agreden entre sí constantemente; en la escuela, puede ser en la cafetería, durante
el recreo, en los pasillos e incluso en los baños en cualquier lugar fuera del
salón de clase donde no tengan la supervisión de un adulto, en el campamento el
bullying se lleva a cabo durante el
tiempo libre, camino a las actividades, en la hora de baño cuando los niños son
vulnerables o en las noches cuando algunos guías estén fuera de las cabañas.
Los niños asisten
al campamento para sentirse a salvo de las inseguridades de la vida escolar,
divertirse, hacer amigos y quizás cambiar su imagen pública en la escuela, de
igual manera asisten con el deseo de mejorar su estatus social,
aprender como sentirse bien con ellos mismos con esperanza de agrandar sus
redes sociales. El campamento, en su esencia,
debe ser un lugar donde la seguridad física y emocional es primordial para así garantizar que los
niños tengan la oportunidad de crecer, sin esto los campamentos no son muy diferentes
de otras instituciones.
Con ayuda e
intervención los niños pueden aprender cómo manejar a los bullies y ser menos propensos a
ser señalados por conductas agresivas.
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