
“Odio estar aquĂ, no le caigo bien a nadie. Los niños de mi cabaña se
meten conmigo y se burlan de mĂ, yo trato de unirme pero nadie quiere que me
siente cerca. Mis guĂas no me tratan bien, se rĂen con los otros niños. No
puedo aguantar más, me siento muy solo.”
Considerando la seguridad fĂsica y emocional de suma importancia el Bullying es un gran problema para los campamentos.
De igual preocupación es el hecho de que un 60% del bullying puede no ser reportado porque los niños sienten que los
adultos no pueden ayudarlos a solventar sus problemas (J.Haber. 2005). Por consiguiente les corresponde a los
directores del campamento asegurarse que todo el personal sea consciente de las
situaciones de bullying. Negar lo que
está ocurriendo es realmente perjudicial no solo para los campistas si no también
para los guĂas quienes serán incapaces de prevenir esta situaciĂłn.
El personal del campamento debe estar instruido para tratar de detectar bullies y vĂctimas. El entrenamiento de
los guĂas sobre el bullying debe ser
incluido como parte de la introducciĂłn de cada verano. Estar consciente de la
situación es la mejor defensa para proteger la vulnerabilidad de los niños que
son potencialmente vĂctimas. Identificar niños que pertenecen al 15% del punto
inferior entre los primeros dos dĂas de campamento. A su vez capacitar a los
guĂas para observar detalladamente a los campistas que siempre están solos, los
que siempre se tardan en dejar sus
cabañas o los que no se siente parte de su cabaña. Sin una red social los niños
corren el riesgo de exclusiĂłn, aislamiento, burlas y bullying fĂsico. Hacer amigos puede reducir el bullying en un 50% o más, esta es considerada la estrategia más
efectiva para reducir el bullying en
los campamentos (Coloroso, 2003).
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