Antes de ser guía, fui campista.
Recuerdo muchos de los juegos que hicieron los guías para mi, pero mas que eso
recuerdo como me hacían sentir el estar rodeado de niños iguales que yo pasando
el mejor rato de nuestras vidas, ya que nuestros “hermanos mayores” (lo guías
de campamento) estaban de la misma manera que nosotros o quizás mas.
Ese sentimiento cuando eres niño de que eres
importante porque lograste que el guía perdiera, no se compara con nada en el
mundo.
Hacerles juegos a los niños no es sólo salir del paso, o tener la mejor
decoración, o la mejor idea. Es sentirse parte del juego, tratando de olvidarse
de todos los problemas y concentrándote en el objetivo de cada uno de nosotros
en nuestras vidas, ser feliz. Cada vez que pienso y digo que el juego que estoy
realizando es el mejor juego de todo el mundo, los niños se divierten más que
nunca, y por ende, yo me siento mejor que nunca
Luego me pongo a pensar en las razones por las que me preocupo todos los días, y en que momento me siento así y descubro que, los momentos mas tranquilos, despreocupados y sin estrés son en los que estoy jugando y me estoy divirtiendo. Así es que mientras mas tiempo sea un guía y un campista a la vez, mejor será el juego de mi vida.
Luis Báez. Guía, campista y estudiante de
economía UCAB.
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