BebĂ© 0-12 meses: lo más difĂcil
Pasar de ser pareja a convertirse en
padres supone un cambio enorme en la manera de ver la vida. Y es que cuidar de
un ser tan pequeño y vulnerable es hermoso, pero conlleva una gran
responsabilidad. Es una aventura emocionante... y agotadora.
El
llanto
No hay nada más desgarrador que el
llanto de un bebé. Pero para él es esencial porque apela al instinto de
protección de sus padres (y él necesita que le protejan) y porque ahora es su
único modo de expresión. La curva del llanto se da igual en los bebés de todo
el mundo: en las primeras semanas lloran un máximo de dos horas; entre las
semanas 6 y 8 pasan a tres horas diarias; a los 3 meses, a una hora diaria, y
en los siguientes meses siguen bajando.
Un consejo. Si no descubres el motivo de su llanto, anota en una
libreta a qué hora llora; Ayudará a averiguarlo. Y si encuentras un modo de
calmarle aplicarlo siempre igual (llevarle en canguro, cantarle, etc.).
El
cansancio
Un estudio realizado en Reino Unido ha
calculado que los padres pierden 44 dĂas de sueño en el primer año de vida de
sus bebĂ©s debido a las tomas, los cĂłlicos y los llantos. Durante el dĂa tampoco
hay tiempo más que para cuidar del pequeño, que requiere atención continua.
Un consejo. Cuenta con familiares y amigos para algunas tareas.
Es importante que tú, mamá, trates de recuperar algo de sueño y, si puedes, de
liberar un rato cada dĂa para relajarte o dedicarte a una aficiĂłn.
Las
preocupaciones
A ser madre y padre se aprende con la
práctica, asà que es probable que con nuestro primer bebé te sientas inseguro y preocupado por cualquier tonteria a pesar de lo felices que nos haga tener a
nuestro hijo.
Un consejo. Necesitas tiempo. No sólo ha nacido un niño, sino
también unos padres; van aprendiendo juntos. El amor que sientes por él los irá
guiando. Además, nuestro bebé no necesita que seas perfectos, nos necesita a nosotros.
Bebé 0-12 meses: lo mejor
Son muchos los momentos inolvidables y las
emociones que se viven con un bebé en su primer año. Estos son algunos de los
más enternecedores.
Su total confianza
en nosotros
Cuando uno de los dos lo abraza, se calma y
deja de llorar.
Verlo dormir
Y ver cĂłmo se queda dormido en los brazos de
mamá o papá después de comer; no existe una vivencia más enternecedora.
Los teteros por la
noche
SĂ, a pesar del sueño. Con la casa en penumbra
y en silencio y a solas con Ă©l. ¿Hay otro momento igual de Ăntimo entre el bebĂ©
y la mamá?
Su cara de emociĂłn
Ver cĂłmo se ilumina su rostro cuando nos mira
al despertarse o cuando lo buscas de la guarderĂa o de casa de la abuela es
algo inolvidable.
Niño 1-2 años: lo más difĂcil
Durante este año nuestro pequeño pasa de dar
sus primeros pasos vacilantes a convertirse en un gran explorador. Tiene una
energĂa imparable y una curiosidad desbordante y quiere comerse el mundo, pero
aĂşn no dispone de la capacidad de saber dĂłnde hay riesgo.
Su total
inconsciencia del peligro
El niño no ve riesgo en ningún sitio y además,
hasta los 18 meses no entiende bien el “no”. Lo que más le atrae no son los
juguetes, sino los cajones, ventanas, plantas... A nosotros este afán
exploratorio e investigador nos exige no bajar la guardia y no quitarle ojo de
encima.
Un
consejo. Adapta la casa a su
necesidad de explorar. Poner rejas, guardar los objetos valiosos, cubrir cables, enchufes y bordes punzantes, etc. Si sólo está uno de nosotros con él y
llaman a la puerta o debe cocinar, por ejemplo, dejarle en un parque. Y procura relevarlos o pedir ayuda a alguien externo de vez en cuando.
Su terquedad
Cuando ocurre algo que no le gusta (le quitas un objeto peligroso o interrumpe su juego para bañarle), protesta dando
patadas, gritando, llorando sin parar, tirando cosas...
Un
consejo. Cuando ocurra esto
intentad distraerle: su memoria aún es corta y se olvidará pronto. Mantener la
calma y hacer lo que tenias pensado sin enfadarse. Es importante que sepa que
tu que tienes el control sobre ellos.
Su escaso apetito
A partir de los 12 meses el apetito del bebé
suele disminuir porque su crecimiento se ralentiza y necesita comer menos.
Además, como cada vez entiende más el “yo”, puede utilizar la comida para
“rebelarse”.
Un
consejo. Observa si crece bien
más que si come mucho o poco y confĂa en su instinto de supervivencia: el niño
siempre toma el alimento que necesita. Prepararle comida sana y equilibrada y
respeta su apetito. Forzarle es contraproducente, ya que puede llevar a
vĂłmitos o a un rechazo a la comida.
Niño 1-2 años: lo mejor
Ya empieza a ser toda una personita. Y hay
instantes preciosos que quedarán grabados en nuestras memoria para siempre.
Los juegos
Jugar con él al escondite y
descubrir cĂłmo nos imita y aprende. ¡Nos llenará de emociĂłn!
Hacer bromas con
él
Poner caras raras, emitir ruidos inesperados,
hacer gestos grandilocuentes, simular una caĂda... y verle reĂr.
Recibir sus
muestras de cariño
Sentir sus bracitos alrededor del cuello o
recibir sus primeros besos “fuertes”.
Descubrir lo listo
que es
Pedirle que traiga una cosa y ver que lo ha
entendido inmediatamente. Cada vez nos comunicaremos mejor.
Niño 2-3 años: lo más difĂcil
Hacia
los 2 años de
edad, nuestro hijo corre sin parar, conoce su nombre y los de las personas de
alrededor, es pura curiosidad y sus preguntas no terminan nunca. Cada vez se reconoce
más como ser autónomo y eso es algo que le provoca sentimientos
contradictorios.
Los miedos
En esta etapa son muchos y muy diferentes: el
niño teme a la soledad, a los monstruos, a la oscuridad... Se debe a que a
diario nuestro hijo aprende más de lo que puede asimilar y su cerebro refleja
este exceso de actividad en forma de miedos. Además, aún no distingue bien
entre fantasĂa y realidad. TambiĂ©n su autonomĂa le encanta y a la vez le
aterra.
Un
consejo. Toma en serio sus
miedos y ponlos en su lugar. No trates de razonar con él, los miedos son
irracionales; mejor ayudadle a afrontarlos transmitiéndole seguridad con
nuestra actitud. Leerle un libro sobre lo que teme o pedirle que lo dibuje
también es una buena idea. Y si quiere dormir con nosotros, dejalo: cuando
pase esta etapa él será el primero que quiera volver a su cama.
El descubrimiento
del No
Tiene la necesidad de demostrar al mundo que
es una persona independiente y lo hace mediante protestas e inflexibilidad. La
palabra “no” es su favorita.
Un
consejo. SĂ© flexible y firme al mismo tiempo. Permitirle que tenga voz en cosas de poca importancia, como la
ropa que quiere ponerse (dale a elegir entre dos opciones, por ejemplo). En
cosas importantes, decidir nosotros sin ceder a sus rabietas, pero dejando que
se desahogue y poniendo palabras a su estado anĂmico (“estás enfadado,
¿verdad?”). AsĂ irá aprendiendo a reconocer y controlar sus emociones mejor.
La necesidad de
poner normas
Estás en una etapa esencial de cara a
afianzar las normas. Hacerlo es importante, porque no existe amor sin
disciplina. Pero a él es algo que le frustra y le enfada, por lo que
necesita es constancia, diplomacia y paciencia.
Un
consejo. Ponle pocas normas,
pero claras y constantes (no lo consientas con algo que ayer le prohibisteis). Y
para no ceder, tener presente siempre que los lĂmites le benefician, ya que le
hacen sentirse seguro y le enseñan a tolerar la frustración.
Niño 2-3 años: lo mejor
Qué
bonita es esta época y cuántas posibilidades ofrece de disfrutar con el niño.
¿QuĂ© es lo que más nos emocionará de nuestro hijo entre los dos y
los tres años?
Observar cĂłmo se
va haciendo “mayor”
Y descubrir que poco a poco va ganando
autonomĂa: está aprendiendo a utilizar el orinal, empieza a vestirse sin
nuestra ayuda, cada vez se entretiene solo durante más tiempo...
Poder incorporarle
a más actividades vuestras
Hacer excursiones, salir juntos a merendar,
llevarle a comprar su ropa... Como cada vez depende menos de sus rutinas
diarias, es más fácil organizar planes con él.
Mantener
conversaciones con él
Escucharle contar las cosas que le pasan en el
colegio y recordar otras que viviĂł hace un tiempo (“Mamá, ¿te acuerdas de
cuando fuimos a...?”).
Niño 3-5 años: lo más difĂcil
Un dĂa de este año lo descubres observando
a nuestro hijo y pensando con un poco de tristeza que ya se ha hecho “mayor”.
Se viste solo, recoge sus juguetes, es más paciente... Pero tranquilos, todavĂa queda mucha infancia que disfrutar (y pelear).
Algunas
regresiones
Aunque ahora sea más autónomo, ante cualquier
adversidad (una pelea con sus amigos, una dificultad en el colegio) puede volver
hacia atrás y recuperar conductas que ya tenĂa superadas, como hacerse pis por
las noches, empezar a chuparse el dedo o tener rabietas.
Un
consejo. Entender sus
necesidades y satisfacerlas sin exigencias. Los retrocesos suelen ser una
herramienta para resolver problemas emocionales que a su vez le ayudan a
madurar (da un paso atrás para luego dar dos hacia delante). Mimarle, pero
mantenerlos firmes en los lĂmites.
Peleas con otros
niños
A esta edad nuestro hijo comparte juegos y
atención con su hermano o con sus amigos mucho mejor que hace un año, pero al
mismo tiempo sigue resultándole difĂcil llegar a acuerdos y saber ceder o
imponerse en las relaciones sociales. Ahora necesita especialmente nuestra ayuda para solucionar pequeñas y grandes riñas.
Un
consejo. Quedarnos cerca cuando
juegue con sus hermanos o con amigos. AsĂ, si se pelean puedes ofrecerles
opciones para solucionar el problema, como turnarse en el uso de un juguete,
compartirlo, etc. A esta edad los niños todavĂa no saben perder, asĂ que es
mejor proponerles actividades sin competitividad. Y cuando la situaciĂłn se haga
insoportable, llevarles al parque o a un entorno distinto: al disponer de más
espacio la armonĂa en el juego aumentará.
Niño 3-5 años: lo mejor
Ahora que es ya un niño "mayor" lo pasas genial con él. Y vivirás momentos que recordaras siempre. Esto es
lo más llamativo de esta etapa:
Su afán por ayudar
Es la etapa ideal para convertir su
participación en las tareas de casa en hábito de una forma divertida. Le
encantará llevar las servilletas a la mesa, ayudarnos a pasar el polvo por los
muebles, meter su ropa sucia en el cubo...
Cada vez más
sociable
Les encantará ver que cada vez disfruta más
jugando con sus amigos e inventado diversiones en las que todos tengan que
participar.
Su capacidad de
decisiĂłn
Dejarle decidir en asuntos pequeños y
constatar que ya tiene una personalidad y unos gustos definidos os llenará de
orgullo. Y a él le vendrá muy bien.
tomado de: crecerfeliz.es
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