La relajación, es parte de los programas de autorregulación
del organismo y es signo de salud física y emocional. Está asociada a todas las
actividades propias de la naturaleza madurativa del infante tales como
explorar, jugar, crear, danzar y descansar , constituyendo un sistema de carga
y descarga de la energía.
Si la energía emocional no llega a ser descargada, se
produce tensión y en consecuencia malestar interno. En este sentido las
condiciones educativas y formativas comunes a esta sociedad, tanto en el hogar
como en la escuela, se presentan como un reto para mantener el equilibrio y la
armonía.
Particularmente, el niño es expuesto a un modelo cultural de
competencia, manipulación y distintas perturbaciones familiares, las cuales
puede sobrellevarse si el niño desarrolla factores protectores.
A continuación brindamos sugerencias de actividades, rutinas
y actitudes protectoras en beneficio de preservar el estado relajación, el cual
es básicamente un reflejo de la calma y orden personal:
- Comunicar verbalmente sensaciones, emociones positivas y
desagradables
Tener un espacio creativo y de meditación dedicado
explícitamente a estas actividades.
- Acuarela, pintura, moldeado en arcilla son recomendados como
rutinas expresivas (El arteterapia por su parte, es un extraordinario vehículo
de educación emocional para los niños)
- Técnicas de relajación asociadas al movimiento y la
respiración: Yoga, danza creativa, artes marciales (Aikido), natación.
Cualquiera de ellas practicadas por algunos años. (puede ser màs de una
disciplina).
- Métodos de centramiento mental mediante disciplinas
meditativas: meditación con imaginería, zen, contemplativa, mediante sonidos,
cualquier método puede realizarse con tiempos progresivos hasta alcanzar las
temporalidades de un adulto. Por ejemplo desde 2 minutos, y por lo general los
padres deben incluirse.
- Ejercicios de Grito, en un lugar abierto. El grito debe ser
emitido con intensidad total y emoción de fuerza, puños en la cintura, rodillas
flexionadas.
- Masajes o automasajes.
- Niños más grandes, pueden escribir historias y combinarlo
con dibujos.
Existen dos caminos; relajación mecánica por la práctica de
elongaciones, respiraciones, masajes, etc. Y el otro camino es la relajación
por la toma de conciencia y el ejercicio intencional, empleando las mismas
formas mencionadas, pero con la capacidad de elegir cual se adapta a lo que
siente y ello es posible si el niño practica y es educado en respetar sus
propios sentimientos.
tomado de: guia-infantil.com
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